Hace más de un mes que no publico ningún post y ello me ha valido como tiempo de reflexión. Cuando inicié este blog lo hice con la idea de que teníamos por delante un poco más de dos años de espera y me pareció una idea excelente para guardar una época de nuestra vida llena de ilusiones.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces y poco a poco se han ido llevando parte de nuestras ilusiones, no tanto por el tiempo que llevamos esperando (que es mucho desde que decidimos ser padres y que cada día pesa más sobre nuestras espaldas) sino por no saber cuanto tiempo más tendremos que esperar.
Lo cierto es que China sigue sin dar información que pueda despejar el panorama. Lo único que se sabe son los días asignados (que es lo mismo que no decir nada al no saber cuantas familias son asignadas en cada tanda y cuantas seguimos esperando) y la consabida frase de que hay menos niños disponibles y más familias dispuestas a adoptarlos.
De momento seguiremos adelante con la adopción, pero al contrario que muchas familias que afirman que están dispuestas a esperar lo que haga falta, nosotros nos hemos marcado como límite el 2012. Entre otras cosas, porque en ese año Víctor cumplirá 45 y yo 43 y no nos vemos como padres primerizos por encima de esa edad (y vayan todos mis respetos para el que decide ser padre a esa o a cualquier edad). Y lo cierto es que tal y como están las cosas, es difícil que seamos asignados antes del 2012.
Es por ello que he decidido no continuar con el blog, no le encuentro sentido a seguir hablando de una aventura que parece que no llegará a su fin. Y además creo que es bueno que nos vayamos desprendiendo de ciertas cosas, de tal modo que si hay que poner a esta historia punto y final no se haga todavía más difícil.
Muchísimas gracias a todos los que os habéis pasado por aquí y a los que habéis dejado vuestros comentarios.
Y como despedida una foto de mis peludines, Indiana (el de color naranja) y Mafalda (la tricolor) que están en casa desde hace poco más de un mes y están hechos unos trastes. A todos aquellos que estáis esperando y no tenéis niños os recomiendo un animal (si es posible de un centro de acogida), son la alegría de la casa.